4/3/20

Lo que hay dentro del Glovo

Es difícil encontrar a alguien que no haya oído hablar de Glovo, para bien o para mal, pero lo que me ha quedado claro después de un año trabajando ahí es que hay grandes diferencias entre lo que la gente sabe y lo que realmente ocurre ahí dentro.
Ahora que ya he dejado ese trabajo, y por tanto sin temor a represalias, pretendo arrojar un poco de luz sobre el funcionamiento interno de la empresa, en contraste con lo que la propia empresa publicita de sí misma. 
(Quiero advertir que la información que ofrezco se basa en mi trabajo en Salamanca. Sé que hay variaciones regionales y locales, tanto en bonus como horas de trabajo e incluso condiciones. Para bien y para mal)

¿Qué te vende Glovo para que trabajes con ellos?
El atractivo en el que más hincapié hace Glovo a la hora de que entres a trabajar con ellos es la libertad. Libertad para elegir tu horario, libertad para elegir cómo y cuándo trabajar, libertad para elegir tu volumen de trabajo... libertad que es completamente falsa. No existe libertad si estás condicionado a la hora de tomar esas decisiones y os puedo asegurar que los condicionantes no faltan en Glovo. 
Cuando tú acudes a una entrevista de Glovo, si es que tienes la posibilidad de acudir a una y no te mandan un vídeo o un texto informativo, te cuentan una serie de cosas que resultan ser todas falsas: tú eres dueño de lo que trabajas, el sistema de puntuación (del que hablaré más adelante) no baja porque no trabajes, tienes cierta cantidad fija de dinero por pedido, existen bonus especiales por alta demanda o condiciones climatológicas adversas, puedes acudir a las oficinas o ponerte en contacto con soporte para presentar tus demandas o peticiones... en fin, sales de allí pensando que todo el mundo habla muy mal de ellos sin saber cómo funcionan de verdad y que te vas a hacer de oro, como promulgan esos anuncios con gente que gana 2500€ (jaja) al mes con Glovo. 

¿Qué hay de verdad en todo lo que te cuentan?

Prácticamente nada, por no decir que nada en absoluto. Pero vayamos por partes. 

-Comenzar a trabajar-
Una cosa que nunca te cuentan en los anuncios para que trabajes con ellos, es todo lo que supone empezar a repartir en Glovo. Como se encargan de repetir hasta la saciedad, los repartidores "son autónomos", lo que ya supone darse de alta como tal y pagar la cuota cada mes (60€ al mes durante tu primer año como autónomo, 283€ al mes si no tienes ninguna bonificación de ese tipo). Para ayudarte con ese tema, te ofrecen una asesoría (que también es online, por supuesto, para "facilitarte" toda la burocracia) que trabaja con ellos (19€ al mes) y que se encargará de declarar tus impuestos como autónomo cada trimestre. ¿Qué significa esto de "declarar impuestos"? Pues que todo el trabajo, cada pedido, lleva el 21% de IVA en su precio, impuesto del que es responsable cada repartidor "autónomo" y que se tiene que encargar de entregar a Hacienda cuando corresponda. En resumidas cuentas, el repartidor de Glovo tiene que entregar el 21% de lo que gane en concepto de impuestos.
Por último, y antes de poder empezar tu carrera como emprendedor en Glovo, te cobran la razonable (jaja) cantidad de 65€ por la famosa mochila, una batería portátil de dudosa calidad y una funda endeble para poder acoplar el móvil a la moto/bicicleta. Esta cantidad de dinero es, se supone, en concepto de fianza, pero sólo se te devuelven (si se te devuelven, aunque de esto ya hablaré luego) 50€. 
Y, quizás lo más divertido de todo, para poder usar la app de repartidor, esa que necesita el rider para trabajar y, por tanto, para que Glovo gane dinero, hay que pagarles 5€ al mes. 
Si sumamos todo lo mencionado, el primer mes de trabajar en Glovo (y cuando menos ganas debido al sistema de puntuación que detallo a continuación) te cuesta 130€ como mínimo, aumentando hasta 400€ en función de la situación de cada trabajador. Y posteriormente, durante todo tu tiempo en Glovo, tendrás que pagar entre 65-84€ al mes como mínimo (o hasta 302€), más el 21% de todo lo que ganes en concepto de impuestos. Pagar por trabajar nunca fue tan apetecible. 

-Sistema de puntuación "de excelencia"-
Todo el trabajo de los repartidores de Glovo se articula en torno a este sistema, aparentemente sencillo, que puntúa a los trabajadores del 0 al 100. Esta puntuación afecta a todo, desde el número de horas que puedes trabajar, hasta la cantidad de pedidos que pueden entrarte en una misma hora. Por tanto, aquí se encuentra la primera mentira: no son libres para elegir cuándo y cuánto trabajan. 
Pero ¿cómo funciona? Como ya he dicho, cada repartidor tiene una puntuación del 0 al 100, puntuación que se obtiene a partir de varios factores: los pedidos realizados en horas de "alta demanda", la valoración de los establecimientos, la valoración de los clientes, la eficiencia en tus horas de trabajo y la "antigüedad".

Pedidos realizados en horas de "alta demanda" (35/100): cada semana Glovo señala ciertas horas de algunos días (generalmente fines de semana y festivos) como "horas de alta demanda" en las que los partners (las empresas para las que reparte Glovo) suponen que va a haber más volumen de trabajo y, por tanto, necesitan más repartidores para cubrirlo. Para asegurarse ese número de repartidores, te obligan a hacer un mínimo de pedidos en esas horas para conseguir el máximo en su puntuación. Este mínimo era de 45 pedidos (en los últimos 28 días) cuando yo comencé a trabajar y, al dejarlo, ya se situaba en 53 pedidos. Si no llegas a ese mínimo, no consigues los 35 puntos que supone, pero si lo superas no hay ningún plus, da igual que lo superes por 1 que por 100, siguen siendo 35 puntos sobre los 100 totales. Además, cualquier pedido hecho fuera de estas horas es completamente irrelevante para este factor. 

Valoración de los establecimientos (partners) (5/100): todos los establecimientos para los que reparte Glovo poseen un sistema para que sus trabajadores te puntúen después de cada pedido. Puntuación a la que no tienes acceso ni puedes conocer de ninguna manera. Además, cualquier problema derivado de la app o del servicio de Glovo, repercute directamente sobre el repartidor, que es el que tiene contacto directo con el establecimiento. 

Valoración de los clientes (15/100): durante la entrevista te aseguran que los clientes sólo pueden afectar a tu puntuación si les entregas el pedido en mal estado, ya que el resto de puntuaciones negativas se valoran pero no influyen en la excelencia. También es falso, ya que pueden valorarte negativamente por la tardanza (que no siempre depende de ti) o, simplemente, por una "mala actitud" y que esto repercuta en la puntuación. Además, mientras que las valoraciones positivas únicamente permiten que alcances el máximo de 15 puntos sobre 100 para tu puntuación, cada valoración negativa de los clientes te resta automáticamente 3 puntos. Si a alguien le quedaba alguna duda sobre que los sistemas de valoración sirven para someter más a los trabajadores, ésta es una buena prueba. 

Eficiencia (35/100): el factor menos explicado a los repartidores. Valora la cantidad de pedidos que realizas en las horas que hayas seleccionado "libremente" (vamos, que hayas podido seleccionar), así como el tiempo que tardes en aceptarlos. Para esto tienen la opción de "autoasignación", que consiste en que la propia app selecciona por ti los pedidos, asegurándote que si la tienes activada tu puntuación se verá beneficiada. Pero si, por alguna razón, tienes que reasignar algún pedido, este no contará aunque tú estés trabajando; así como tampoco se valora el tiempo de espera en los establecimientos, que puede hacer que sólo realices uno o dos pedidos en toda una hora. 

"Antigüedad" (10/100): la mayor trampa del sistema de puntuaciones. Si os dais cuenta, el resto de puntuaciones mencionadas suman 90/100, siendo 90 el máximo de puntuación al que puedes aspirar si cumples con todo lo dicho. La puntuación restante reside en un sistema de antigüedad que se encarga de que nunca alcances el 100. Este sistema cuenta el total de tus pedidos realizados y pone un total "a cumplir". Al empezar yo tenía 0/1000 pedidos, por lo que supuse que cada 100 pedidos conseguiría un punto en este factor, alcanzando el 100 con los 1000 pedidos realizados.
Cuál fue mi sorpresa, y la de muchos repartidores, cuando esta puntuación comenzó a subir gradualmente sin parar. Cuantos más pedidos realizabas, más alta era la puntuación total, de tal forma que era imposible alcanzar el máximo. Al dejar el trabajo mi puntuación aquí estaba 566/3713, traduciéndose en que apenas me sumaba 2 puntos al total, mientras que si se hubiera mantenido el total en 1000 pedidos, sumaría más de 5 puntos.
Actualmente la empresa defiende que la cifra total varía porque se trata de la media de pedidos realizados por todos los repartidores en la localidad, pero es algo que no te explican en las entrevistas, que empezó a ocurrir de improviso meses después de que empezase a trabajar y que impide que cualquier repartidor (salvo unos pocos de los que ya hablaré) alcance el máximo de 100 en la puntuación total de su perfil .

Ahora que conocéis cada factor influyente en este sistema de puntos, es hora de que sepáis cómo influye este en el trabajo diario de los repartidores. 
El sistema ordena a los repartidores en base a esta puntuación con el fin de priorizar a quienes tienen la puntuación más alta en dos campos: apertura de horarios de trabajo y asignación de pedidos en horas trabajadas. Ambas cosas enfocadas a que las puntuaciones altas se mantengan y las puntuaciones más bajas se mantengan o bajen aún más. 

-Apertura de horarios de trabajo-
¿Recordáis todo eso de "libertad para elegir cuándo trabajas"? Pues aquí es donde se esconde la mentira.
Glovo, a través de la app que les compramos mensualmente los repartidores, nos ofrece unas tablas horarias divididas por día de la semana y fragmentos de una hora. Después se anuncia una fecha (los lunes para coger las horas de J-V-S-D y los jueves para coger las horas de L-M-M) y una hora de apertura de horarios.
A partir de esta hora de apertura, se van creando fracciones de 5 minutos para ejecutar la apertura real de horarios para cada repartidor. Los repartidores con la puntuación más alta tendrá el horario abierto más pronto y los repartidores con la puntuación más baja tendrán el horario abierto más tarde. Esto significa que, en base a tu puntuación, puedes seleccionar las horas 5 minutos después de la apertura de horarios o 50 minutos después, condicionando así las franjas horarias que puedes seleccionar para trabajar. 
Porque cada franja es limitada por el número de repartidores que la seleccionan y, cuando se alcanza el cupo máximo de repartidores, esa hora se cierra y los que vengan detrás ya no podrán optar a trabajar en ella.
¿En qué se traduce esto? La gente con la puntuación más alta tiene acceso a mayor número de horas para trabajar y, por tanto, a continuar aumentando el número de pedidos que realizan y mantener dicha puntuación. La gente con la puntuación más baja ve muy limitado su acceso a las horas de trabajo y, por tanto, es prácticamente incapaz de hacer que su puntuación suba porque apenas puede trabajar. Es un sistema tan justo y equitativo que un mismo día puedes encontrarte a un repartidor que ha trabajado 12 horas y entregado más de 100 pedidos, y a un repartidor que ha podido trabajar 2h y entregar 3. Los de arriba siguen arriba y los de abajo siguen abajo. De este método surge una dinámica muy problemática: la gente con la puntuación más alta coge todas las horas que puede y luego las va "soltando" como quiere (o las vende, hay todo un negocio de compraventa de horas dentro de Glovo). Así impiden que la gente de más abajo pueda cogerlas durante la apertura de horarios y tenga que estar pendiente cada día por si se ha abierto alguna hora antes cerrada.

-Asignación de pedidos en horas de trabajo-
Otra cosa sobre la que no tiene control el repartidor es la cantidad de pedidos que puedan entrarle mientras esté en activo. Un día puedes pasar horas muertas y otros verte con un pedido tras otro sin descanso. ¿A qué se debe esto? A que el sistema reparte los pedidos en función de la puntuación, priorizando a los repartidores con mayor excelencia. Si estos repartidores están ocupados con otro pedido, se pasa a los repartidores con menos excelencia y así sucesivamente. Por tanto, si tienes una alta puntuación el flujo de pedidos en tus horas de trabajo será muy alto, mientras que si tienes baja puntuación tendrás que conformarte con las migajas que no quieran, o de las que no puedan hacerse cargo, esos repartidores con mayor excelencia. 
Una vez más, quien tiene alta puntuación tiene los medios para mantenerla y quien tiene baja puntuación no posee los medios para aumentarla, por mucho que se esfuerce. 

-Ganancias dentro de Glovo-
Teniendo presentes los gastos mensuales desglosados anteriormente, pasemos a un tema muy importante: ¿cuánto se gana trabajando en Glovo?
Quiero empezar mencionando un "detalle" curioso que se da a la hora de recibir dinero por parte de Glovo y es que, aunque se supone que los riders son autónomos que ofrecen su servicio de repartidores a Glovo, es la propia Glovo quien emite las facturas de su trabajo. Cada 15 días Glovo envía una factura a los repartidores con lo que le cobran a la empresa (así como otra con lo que nos cobra la empresa a nosotros por la app). 
¿Y cómo se llena esta factura? Pues con el dinero conseguido por cada reparto realizado.
Para empezar hay una tarifa base por pedido (cuando yo empecé a trabajar en Glovo era de 2,5€ y actualmente es de 1,8€ o inferior) que no varía independientemente del tipo de pedido que sea. 
A esa tarifa base se le suman dos factores: la distancia recorrida por el repartidor (de su posición al establecimiento y del establecimiento al lugar de entrega), que es calculada mediante el recorrido más corto que ofrezca Google Maps; y el tiempo de espera en el establecimiento (que comienza a contar a partir de los primeros cinco minutos esperando). Por la distancia recorrida te pagan 0,5€/km, mientras que por la espera te pagan 0,05€/minuto extra. 
¿Dónde están los fallos en este sistema de pago (más allá de lo irrisorio de las cifras)? Para empezar, no se tiene en cuenta el vehículo en el que repartas, y no es lo mismo hacer 6km en bici que en moto o coche. Por otro lado, tampoco se tiene en cuenta el tráfico ni otros factores que puedan afectar a tu itinerario, vas a cobrar lo mismo tardes 5 minutos o una hora. Y, por último, tampoco se valora el trayecto del repartidor desde la zona de entrega hasta las zonas de trabajo (invisibles pero existentes, si estás lejos de la zona caliente de establecimientos normalmente no te llega ningún pedido). 
Respecto al tiempo de espera, a parte de que los primeros cinco minutos los pierdes sin una sola ganancia, es tan bajo el valor del minuto esperado, que no compensa esperar media hora (o hasta 1:30-2h) por un pedido cuando en ese tiempo podrías haber hecho otros dos pedidos completos. 
Y también es importante mencionar el hecho de que todo el tiempo que pases "en línea" (es decir, en tus horas seleccionadas para trabajar) sin recibir un solo pedido, es tiempo muerto y perdido, ya que no se te paga de ninguna manera. 

-Bonus y extras-
Todo parece muy bonito cuando te cuentan que, en horas de alta demanda, se ponen bonus que multiplican tus ganancias. O que, si está lloviendo o nevando, recibirás también una bonificación en cada pedido. Parece bonito hasta que, en la práctica, todo es humo.
Cuando comencé a trabajar las horas de alta demanda a la semana, sin contar festividades, eran 8 (2 el viernes, 3 el sábado y 3 el domingo) y los bonus eran 5 (2 los sábados y 3 los domingos). Estos bonus variaban entre x1,2 (20% más con cada pedido) y x1.5 (50% más en cada pedido), pero sé por otros trabajadores que antes incluso había bonus de x1.8 (80% más de ganancias con cada pedido !!!!).
Durante el año que pasé trabajando todo esto fue disminuyendo (los bonus, claro, las horas de alta demanda se mantuvieron): primero fueron desapareciendo algunas horas de bonus (3 a la semana), luego desaparecieron todos los bonus del 50% y, finalmente, desaparecieron todos los bonus. 
Tras unas protestas y amenazas de huelga, se volvieron a colocar 5 bonus repartidos entre sábado y domingo (ninguno de más del 30%). Pero una semana después desaparecieron los del sábado. A la semana siguiente desaparecieron todos los del domingo menos una hora. Y por último esa hora de bonus pasó del 30% al 15% y, cuando he dejado el trabajo, ya era sólo del 10%. 
Un intento tras otro de engañarnos y colarnos el expolio de remuneración. 
Pero lo mejor llega cuando hablamos del "bonus de lluvia". Como ya he dicho, oficialmente se aplicaba un bonus del 30% en cada pedido si se realizaba bajo lluvia/nieve, pero... ¿cómo aplican los de Glovo esta medida? Muy fácil, no aplicándola. 
Incluso en días de fuerte temporal era difícil ver aplicado este mítico bonus, era necesario que lloviese durante todo el día (y a veces ni eso) para que apareciese en nuestros móviles. 
No os preocupéis, teníamos un recurso a nuestra disposición: ir a la oficina o mandar un e-mail a soporte para que revisasen los pedidos y aplicasen el bonus.
Mientras las oficinas existían todo bien, porque en persona parece ser que nuestra palabra valía algo y nos aplicaban el bonus. Pero cuando cerraron las oficinas (de esto hablo un poco más adelante), los e-mails caían en saco roto. "Durante las horas mencionadas no se registraron las precipitaciones suficientes para aplicar el extra por complejidad" es el mensaje que más he leído durante el último año.
Nunca llovía lo suficiente, por muy mojado que llegases a casa o mucho que patinase la bicicleta sobre el asfalto, como para que se aplicase el bonus de lluvia. O al menos así lo consideraban unas personas sentadas en una oficina lejos de las zonas de trabajo. 
El bonus de lluvia pasó a la historia como un animal mitológico que muy pocos habían visto, pero aún había un ente mitológico mayor: la hora pagada. 
En la teoría, de vez en cuando podían aparecer horas de especial interés para los partner en las que, si te mantenías en línea y disponible, cobrarías un mínimo (8€/h aprox) independientemente de los pedidos que repartieses.
Sinceramente, en todo un año, por mucha puntuación que tuviese, no he visto nunca este bonus y conozco a muy pocos repartidores que sí lo hayan conocido. 

La infraestructura de Glovo y su soporte a los repartidores

Durante la entrevista a la que acudí antes de empezar a trabajar para Glovo nos hablaron de un soporte continuo a los repartidores: por un lado teníamos el soporte dentro de la app para las complicaciones/necesidades que surgiesen durante el trabajo, por otro teníamos la oficina abierta un par de días a la semana durante unas horas y, por último, contábamos con la opción de enviar un mail para cuando no pudiésemos optar a ninguna de los otros dos medios. Si entonces ya no funcionaba bien, con el tiempo la cosa no hizo más que empeorar.

El soporte en línea, durante el trabajo, podía ser una ayuda o una maldición, porque lo que podría haberse solucionado en 2 minutos llegaba a alargarse 30 por largos procesos burocráticos o, simplemente, porque no había nadie atendiéndote al otro lado. Todo para que al final no se te solucionen la mayoría de los problemas porque esas personas sólo están autorizadas a decirte lo que tienen escrito en sus manuales. No me voy a meter en esto último porque no es mi campo, pero creo importante remarcar que el soporte estaba conformado por personas trabajando desde su casa con un ordenador, todos conectados a la misma centralita, posiblemente con condiciones laborales de mierda como las mías. 

Respecto a la "oficina", parece ser que era demasiado coste el mantener una oficina vacía para que acudiese a ella una única trabajadora (que se encargaba de varias ciudades a la vez) 3 horas al día, dos días a la semana. Así que la cerraron y cualquier reclamación, duda o queja que tuviéramos tendría que ser realizada vía e-mail. Y no os imagináis cómo redujo esto nuestra capacidad de acción.

Porque el sistema de correo electrónico era una risa. Al enviar un e-mail te respondía automáticamente un bot diciéndote que en menos de 24h recibirías una respuesta de un encargado. Cierto es que este plazo se cumplía en la mayoría de los casos, pero muchas veces tan sólo se te respondía con un mensaje plantilla denegándote la petición o que no resolvía ninguno de tus problemas. Y no podías responder a ese mensaje, porque ya no llegaba ni se respondía. Si querías hacerlo, tendrías que volver a enviar un mensaje nuevo, con su correspondiente respuesta de bot y su respuesta "personalizada" 24 horas después... y así indefinidamente. 
Para cualquier reclamación de un pedido, además, tendrías que enviar el código de pedido y la hora y el día realizado. Una pesadilla burocrática que te cansaba sólo de pensar en ella. 

Ante las quejas, se creó un formulario de Google específico para reclamaciones y problemas concretos, que se respondería con celeridad. Poco después se nos hizo una consulta acerca de si nos gustaba este nuevo sistema en sustitución de las oficinas.
¿La respuesta? No, preferíamos las oficinas.
¿Su solución? Quitamos también lo del formulario y os dejamos sólo con el e-mail. 

Un soporte de diez. 

Organización de trabajadores, esquiroles e infiltrados

Suena a conspiración, pero todo esto es una realidad.
La primera organización a pie de calle hecha por los repartidores suele ser la de crear un grupo de whatsapp/telegram para hablar, organizarse o ayudarse mutuamente. Al final estos grupos se convierten en inútiles e incluso contraproducentes. Dentro de ellos acababan los "infiltrados", de los que hablo un poco más abajo, y cualquier intento de manifestarse o ponerse en huelga para protestar, acababa siendo conocido por Glovo y la empresa actuaba en consecuencia.
Aquí entran en juego los esquiroles. Cuando llegaba a oídos de los de arriba que se iba a hacer huelga (por ejemplo, por la desaparición de los bonus), se movía toda una maquinaria para atraer a los trabajadores más desesperados, a los de abajo de la tabla de puntuación: encargados que te llamaban para preguntarte si querías trabajar más horas porque había huecos libres, sorprendentes bonus que antes no estaban ahí o aperturas de horarios que estaban llenos. Todo ello acompañado de las incesantes notificaciones de la app a tu móvil. Así, siempre que había un intento de movilización o huelga, muchos repartidores decidían aprovechar para trabajar más cubriendo la ausencia de los huelguistas, reduciendo notablemente el impacto del parón y las consecuencias sobre Glovo. 
Por último, mención especial a los "infiltrados", gente elegida por Glovo para ser sus ojos y sus manos en cada localidad a cambio de extras o beneficios en el trabajo.
Su papel pasa desde informar de lo que se habla en grupos de whatsapp o en los grupos de repartidores en la calle, hasta querer identificarte y registrarte como "delegados" de Glovo por "irregularidades en tus servicios". Sin olvidar la importancia que tienen en el engaño que construye la empresa: puedes reconocerlos porque te enseñan una puntuación alta en su móvil, mucho dinero ganado e insisten en que todo se consigue estando pendiente y esforzándose. 
Suena surrealista, pero puedo asegurar que la existencia de este entramado es real y no creo ser el único repartidor que lo haya vivido. 

¿Cómo es el día a día de un trabajador de Glovo?
La intención de la empresa es clara: quieren que vivas para ellos.
Desde el momento en que instalas la app en tu móvil, no dejan de llegarte notificaciones sobre horas libres (que nunca están cuando lo abres, por rápido que seas), recordatorios de que tienes que trabajar, alguna cuenta atrás hasta tu hora de trabajo y las siempre insistentes notificaciones de que tienes que coger horas cuando se abra el horario. En un principio piensas que se trata de una ayuda para que no se te pasen las horas, pero con el tiempo te resulta agotador y terminas aborreciendo tu propio móvil porque no te deja desconectar del trabajo ni un solo minuto.
Y si quieres ganar más dinero o subir esa puntuación estancada, no te queda otra que estar 24/7 refrescando la ventana de los horarios para ver si alguien ha soltado alguna hora y puedes aprovecharla tú. Al final tu horario de trabajo, entre unas cosas y otras, puede extenderse a todo el tiempo que no pases dormido. 
Durante las horas de trabajo nunca sabes qué puede pasar, puedes perder horas en mitad de la calle, sin pedidos, entrando y saliendo de la app de forma compulsiva, a ver si hay suerte y te entra algo antes de que se te agote el tiempo. Pero también puedes verte desbordado, con un pedido tras otro e incluso varios pedidos a la vez (algo que, supuestamente, no puede darse dentro del servicio) mientras te llaman clientes, establecimientos y soporte para confirmar que continuas haciendo el pedido porque se está demorando más de la cuenta.
Por si fuera poco, el depender de una app cuyo funcionamiento es deficiente (y de tu propio móvil, que no tiene por qué ser el mejor del mundo) no ayuda a agilizar las cosas. 
En mitad de todo este caos, te sientes toreado y ninguneado por el servicio de soporte, que te hace esperar mientras ves cómo corren los minutos o, directamente, hace caso omiso de tus palabras y cierra el chat sin resolverte el problema, obligándote a empezar otra vez el proceso. 
Y quizás otra de las cosas que más agotan de este trabajo es el sentirse expuesto constantemente. La presión por repartir más y más rápido para intentar conseguir unos céntimos más muchas veces hace que descuides tu seguridad y la precaución con la que circulas. Un tema del que la empresa se desentiende, con un supuesto seguro, que en la práctica no tenemos, y unas charlas sobre seguridad vial que aseguran darnos pero que no se nos ofrecen en ningún momento. No hay formación ninguna. 
¿Los elementos de protección (casco, reflectantes, chubasqueros, etc.)? Tienen una tienda donde te venden todo lo que quieras y tienen la decencia de hacerte descuento por trabajar para ellos (?).
Al final llegas a casa, con el corazón a mil porque te has librado un día más de ser el repartidor muerto de las noticias, muchas veces calado hasta los huesos y agotado. Pero no has acabado, tienes que mandarle un e-mail pidiendo la aplicación de ese bonus de lluvia que debería haberse aplicado pero no se ha hecho. Y te vas a dormir pensando en que te lo van a denegar y no vas a poder hacer nada.
Te vas a dormir sintiéndote vulnerable e impotente, puteado y explotado. 

Puede que no sea el peor trabajo del mundo y que los haya con peores condiciones, pero negar la precariedad de este trabajo (desde la falsa situación de autónomos, que ya he demostrado que no se sostiene por ninguna parte, hasta el bajísimo salario o la nula seguridad de los trabajadores) es de no querer abrir los ojos a la realidad. 
Se trata de un trabajo duro, maltratado y muy sacrificado, ya no sólo en Glovo, si no en cualquier tipo de reparto a domicilio. 



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